lunes, 22 de junio de 2015

Deberías hacer ciencias políticas

Cuando estudiaba en la facultad  y andaba metido en tema de sindicalismo universitario en  AEP me costaba mucho entender a aquella gente que me decía que debería hacer Ciencias Políticas. Todo porque era evidente que me interesaba la política y me movía. Aún más entonces que ahora pensaba que aquello debía ser lo normal en una sociedad democrática, dedicar una parte de tu tiempo a enterarte de los asuntos públicos y participar en ellos. Lo que es ejercer de ciudadano. 
La mentalidad del “deberías haber hecho ciencias políticas” traslucía también una visión de la política para especialistas que creo que no acaba de casar con una visión democrática de la política. Por lo menos no con la mía. No quiero decir con ello que no sean necesarias habilidades, artes y oficios aprendidos para el ejercicio de la política y que haya asesores y profesionales de la política. El veneno está en la dosis, me dijo una vez la Sra. Miguel. 
Sí que creo que uno tiene que tener una forma de ganarse la vida, y en aquel entonces creo que acerté con la carrera que hice y no lo hubiese hecho haciendo ciencias políticas. Carrera ni en la que pensé, lo más parecido que me rondó por la cabeza fue periodismo. Quien dice carrera dice cualquier otro tipo de formación, hablo formarse para poder ganarse la vida. 
No me gusta la proliferación de politólogos en listas, no me gusta que haya tan pocos ingenieras, médicos, electricistas, físicos o arquitectas en las listas de izquierdas, cuando las políticas de izquierdas pasan por construir hospitales o colegios y llenarlos de personas que sepan que hacer allí. Por saber construir puentes y carreteras. Quizás haya algo también que haga que no estén tan representados, tienen más complicado dejar su trabajo porque acostumbra a ser mejor opción laboral que la de un politólogo raso. No sé cual es la salida profesional principal tiene un politólogo. Yo diría que servir a algún poder, si quieren para transformarlo y de ahí ha hablar de casta hay un paso. 
Sin menoscabar la crisis, me da la sensación de que en algunos perfiles de la nueva política pesa el creer que merecen más de la vida. Porque he hablado de formaciones, pero ¿cuántos obreros manuales hay en las listas rupturistas? ¿Es acorde con el discurso esa falta?  O ¿cuánto hay de reaccionario en la crítica a que haya gente que tiene carreras y pone cafés? Si lo miras al revés, ¿un camarero no puede tener formación superior? Ojo, que todo el mundo debe poderse ganar la vida dignamente, es decir pagarse techo, comida y unos mínimos de ocio con su trabajo, pero eso es independiente de tener 3 carreras y 2 másters si concretar. 
Sé que me estoy metiendo en un berenjenal de esos que un día me pueden costar algún cargo futuro, por lo menos la simpatía del gremio.  Me ha contado mi madre que el director de mi colegio ya de pequeño le dijo a mi madre que yo sería ministro añadiendo un “sé de lo que hablo”. No veo el camino la verdad, pero el señor Fabregat y aquellos compañeros merecían el intento. 
Cuando acabe matemáticas, me dio por querer seguir estudiando y me matriculé en la UNED a hacer ciencias políticas. Ya trabajaba y no avancé mucho, en 2 o 3 años aprobé matemáticas aplicadas a las ciencias sociales y economía. Me gustó mucho hacer esas mates, tuve que dedicarles tiempos, no me costó, pero aprendí matemáticas, porque la asignatura de estadística de la facultad no me servía para entender ninguna encuesta, triste pero cierto. Lo que me pareció más espectacular de mi breve e inconcluso paso por la politología eran que en introducción a la sociología e introducción a la política, medio o ⅔ del libro era la explicación de porque eran un ciencia y un paseo histórico de personajes explicando porque eran una ciencia. Fantástico, me quedó claro que la base de la ciencia política es la propia justificación. Lamentablemente las mates es tan ciencia que no se molestaban en explicarnos que éramos una ciencia, lo éramos y punto, una lástima porque estas cosas son las que luego quedan cuando te has licenciado y porque no puede ser que uno haga una carrera de ciencias y no haya dedicado un momento a pensar que quiere decir eso. Ser una ciencia no lo cura todo, sé de gentes con conocimientos científicos y que entienden mejor una encuesta o estadística que yo que no dudan en usar la homeopatía. 
¿Que piensan ustedes de la proliferación de ciertos perfiles en las listas de los candidaturas progresistas y de izquierda? ¿Por cierto quién pone a los obreros manuales? ¿Les parecen las restricciones de sueldos ayudan a que se acerquen otros perfiles?  ¿No fomenta eso que vaya a la institución o gente de perfil laboral bajo o funcionarios que no corren el riesgo de volver a su puesto de trabajo? ¿Estudiar para ganarse la vida? ¿Carreras pensando en las salidas profesionales?

sábado, 13 de junio de 2015

Lo que tenemos que hacer.

Como en otras cosas de la vida, no hay nada más irritante que ver a alguien diciéndole a los demás lo que tienen que hacer, sobre todo cuando podía hacerlo él mismo y no lo hace. En política no iba a ser menos, y cada vez que leo u oigo a gentes de IU-EUiA diciéndole a los amigos de Podemos lo que tienen que hacer me pongo bastante nervioso. A fin de cuentas (electorales) mal no les va, cuando menos les va mejor que a nosotros. 
Antes del terremoto de las europeas, con la eclosión de Podemos, IU iba haciendo cosas interesantes. Habría que recordar que en esas elecciones IU triplicó sus votos y nos ponía en disposición de entrar en la mayoría de ayuntamientos de las capitales de provincia, en lugares dónde no recuerdo haber tenido grandes presencias. 
¿Que estábamos haciendo bien? Pues buscar alianzas más amplias de lo que éramos. Quizás eso no es la unidad popular. ¿Pero quién sabe bien qué quiere decir eso de la unidad popular? En cualquier caso se acerca mucho más ir a las elecciones con otros que tú solito por más argumentos y cosas que hayas hecho. El grupo de la izquierda plural y las candidaturas en Galicia o las europeas eran un buen paso en ese sentido. Hay que seguir ahí, continuar trabajando alianzas con Anova, gran entrevista agropecuaria sobre la unidad popular a Beiras, con Equo, con Batzarre, con ICV claro, con la Chunta… Hay que seguir ampliando, no sé si llegando hasta Compromís. Hay que pensar qué es lo mejor para el proyecto y para los sectores populares que queremos representar y organizar.  Me duele la ruptura-nacimiento de Compromís y me hace gracia que la gran referencia de la izquierda valenciana tenga elementos destacables que fueron a las europeas en algún momento con CiU, era cuando las gentes de Podemos votaban hasta a Ciudadanos o vaya a saber qué. 
Sí, nosotros ya estábamos ahí cuando algunos hipercríticos de la situación actual estaban a favor de Maastricht y la construcción neoliberal europea. Ya entiendo por decir estas cosas y así dichas nunca somos los chicos más modernos, guapos y telegénicos del barrio, hay que mirarnos de cerca para caer bien. Hay que reconocer nuestra perseverancia estando ahí. Pero también es importante hacer cosas como esa de recuperar para el campo popular a votantes de Ciudadanos y no meterles la bronca una vez que nos votan por no haberlo hecho antes. En la virtudes están los defectos, y en los defectos las virtudes las más de la veces. 
Hay que darle las gracias a Cayo Lara  por la tremenda situación en la que recogió a IU, no se debe olvidar eso nunca. Y tenemos que hacer nuestros propios análisis, porque mira tú, con esa cara nueva llamada Llamazares se ha aguantado bien en Asturias. Tenemos ahí reflexiones pendientes, pero todo va a pasar por más hacer y por poner nuevas caras, que no es sólo gente joven. Y sobre todo por hacer, articular y apoyar como venimos haciendo. Y aprovechar el impulso general para hacer limpieza, pero con cabeza. 
Sí, tenemos que seguir renovando caras, personas y personajes. Tenemos a Garzón, pero hay más garzones, gentes que siempre han estado pero que convendría poner en primera línea o tener ámbitos interesantes de desarrollo de tareas políticas. Garzón los va a necesitar. 
Hay que aprovechar que tenemos organización y experiencias. Que sabemos que somos capaces de equivocarnos, y de hacer mal las cosas, y eso es mucho porque el que confía en su propia bondad para no errar se acaba equivocando siempre. Y cuando llegas nuevo, ¿qué manchas vas a tener? ¿y qué aportaciones más allá de no haber estado nunca en ningún sitio? Quitando el esperpento de Madrid, tenemos organización, y se acostumbra a saber cuando está IU en una candidatura o no. Y se sabe que somos de izquierda, no nos avergüenza. 
Hay que hacer  lo que les decimos a los demás que tienen que hacer, apostar por la unidad, y poner en valor lo que somos y tenemos, porque si no tenemos nada que aportar lo mejor es apartarse y disolverse. Volvamos al trabajo político y organizativo, como el movimiento por la base que somos, con los que quieren trabajar en común. No tenemos nada que envidiar a nadie en el trabajo desinteresado por una izquierda política fuerte, porque también se puede ser un liberado en los movimientos sociales y no serlo en un “partido”. Hasta tenemos un buen candidato, pero eso no quita que sigamos construyendo con más gentes porque no somos los únicos ni los más guapos, esa es verdad, pero no estamos tan mal. El dinosaurio ya estaba allí en los 90, cuando Blair y l’Olivo también eran los más guapos.

viernes, 12 de junio de 2015

Una jornada electoral en común

Si esperan un análisis de datos de las municipales en Catalunya, el área metropolitana o sólo de la misma Barcelona, siento defraudarles. Estaba demasiado ocupado participando el domingo como apoderado y ayer lunes con reuniones en el barrio para valorar un poco todo. 
Aun así, habiendo estado con la candidatura ganadora de Barcelona en Comú (BComú) debería estar eufórico, y no, contento sí, pero no eufórico. Personalmente me pesan los resultados de Izquierda Unida, sobre todo los de Esquerra Unida del País Valencià, es injusto y ahí me quedo. También pesan otras cosas, cierta responsabilidad de la oportunidad que se presenta. Me viene a la cabeza algún estudio sobre cómo se alegra más uno si con la medalla de bronce que con la de plata. Si fuese deporte esto de la política como a veces parece, los de la CUP con 3 entrando en Barcelona deben estar más contentos que los que hemos ganado (minoría mayoritaria). También es cada uno es como es. 
Ahora nos toca a BComú pensar que queremos priorizar en los pactos con las otras fuerzas, se apunta a negociar con PSC, ERC y CUP. Pensar cómo queremos decidirlo y pensar hasta dónde queremos llegar en los pactos: lo inmovible, lo acordable y lo renunciable. Para mi todo nuevo si soy sincero en mi pequeño papel militante en el distrito.
Como nuevas fueron un montón de sensaciones en la jornada electoral. Eso de tener suficientes apoderados para poder salir y entrar en el local y no estar sólo pendiente de varias mesas, la sensación de estar jugando para ganar las elecciones. El viernes, en el acto de fin de campaña en Sants-Montjuïc, un compañero de AEP primero en la universidad y luego en la recién nacida EUiA nos echábamos unas sonrisas pensando que podíamos apelar al voto útil de la izquierda y que incluso Collboni se había quejado de la bipolarización de la campaña. Qué tumbos da todo últimamente.
Eso sí, en la jornada hay cosas que no cambian. Presidentes de mesa que no son conscientes de la envergadura de su función y pasan de leerse el manual. Esas cosas que luego hacen que no se cuelguen a la entrada del local la lista de calles vinculadas a la mesa. Estuve en 2 colegios, además de aquel en que voté. En el primero les iba sugiriendo al mediodía a los presidentes que echasen un ojo a lo que tendrían que hacer en el recuento. En el último iba a apoyar al recuento y coprotagonizé una escena que no me gustó nada y además, de entrada. La gente tiene prisa por irse a su casa, lo entiendo, pero hay que joderse y la democracia exige un esfuerzo. En el cole había 6 mesas. En una, cuando todavía hay votantes en las otras, tiene ya la urna abierta y cuentan sobres y tienen el fajo de voto por correo con una goma. Al intentar preguntar, uno me dice que está contando  y que no le moleste, que le deje hacer su trabajo. Otra, que cada mesa va a su ritmo. ¿Se imaginan que algún votante fuese a otra mesa confundido como pasó varias veces? Y otra cosa fundamental, que tu voto no quede identificado como lo iba a ser si aquellos votos no iban con el resto vulnerado. Insisto educadamente, y el del recuento  le dice al presidente que me eche. Ahí reconozco que me equivoque, subí también mi volumen y eso tiene mal recorrido. Le digo que estoy haciendo mi trabajo. La señora de la mesa, que hay un señor que les ha dicho que no los metieran. Le pregunto qué señor. Y que no lo saben, que un señor. Le digo que yo también soy señor y blando mi acreditación. El remate, un chaval de ERC que me dice que lo están haciendo bien y requeteremate, una chica pizpireta de la CUP que me dice que estoy alzando la voz y que los deje hacer. Esto también es nuevo siendo moderado por una persona de la CUP.
Sí, lo tenía que haber afrontado de otra forma. Seguro. Luego, con mediación de algún compañero de BComú con buen criterio, hicimos las paces el contador presidencial y yo. Pero sin duda me sorprende. Insisto, tenía que haberlo hecho mejor, pero sólo puedo decir que si tengo que esperar a que acaben, voy listo y que cada vez que tengo determinado amigo de Madrid cerca, me meto en líos dialécticos grandes. Esta vez él no había dicho nada, pero no le hace falta para que se líe.
En otra mesa, otro presidente con prisas. La mujer lo llamaba y no parecía entender que el estado es más importante que el amor, el deseo y la cosas domésticas, descubrió que el papel de calca oficial se calca aunque escribas en lápiz, no por ser oficial sino por ser de cala. Esto después de decirle que hiciera los cálculos y borradores en un folio aparte. Ahora bien, jódete que le salió bien a la primera.
Y mi amigo de Madrid, mientras ayudo en un recuento, ahí muy tranquilo y educado. Dice que a él le gustan mucho más las elecciones a rey. Una chica joven de como mucho 19, duda y pregunta por esas elecciones. Alguien le comenta que no hay, y jódete dice estar de acuerdo con mi amigo, que ella también quiere república. ¿Cómo no se va a liar yendo con este tipo?
Otro día les cuento otras cosas del estilo de otras jornadas, tengo ganas, sobre todo para que explicarles cómo se movían en l’Hospitalet los del PSC, como Pedro por su casa es poco. 
Y después de eso, esperar a la última mesa; no quise saber del todo el porqué pero se les lió la cosa. Y llegué tarde a uno de los 3 puntos en el distrito dónde ir con las actas. Fabra i Coats me quedaba lejos y había que trabajar el lunes. Abrazos, alegrías, besos, hambre de ganar. Sí éramos una coalición de perdedores, no sé si alguno de los que nos encontramos el domingo en el Ateneu Rebel de Poble Sec había ni siquiera votado a una candidatura ganadora alguna vez. Pero míranos allí junto animados, habiendo suplido nuestros defectos con las virtudes de los demás; hemos ganado en menos de un año lo que no hubiésemos hecho por separado. Ahora nos toca seguir haciendo política como hemos dicho que la haríamos.

¿Y si lo mejor para Andalucía fuera dejar paso a otra persona?

Después de las elecciones andaluzas llevamos 3 rechazos a la candidatura a la presidencia de Andalucía de Susana Díaz y amenaza con convocar elecciones otra vez y amenaza con ganarlas por mayoría absoluta y fulminante. Todo ello en nombre de Andalucía y acusando a unos y otros o de electoralismo o de tacticismo por intereses partidistas en el resto de España.
Reconozco que de entrada el personaje me irrita mucho. Me irrita su forma de gesticulación e interpretación grandilocuente para no decir nada pero con cara seria y preocupada. Me irrita cuando se hace la voz y la única intérprete de los deseos de Andalucía, me resuena a la la fanfarria de los himnos nacionales más belicosos. Me parece de una descarada acusando a las otras fuerzas de electoralismo y tacticismo cuando fue ella que puso no ya los intereses de su partido por encima de los de los andaluces sino casi los suyos propios. Darle duro a IU y no dejar tiempo a organizarse a Podemos, eso fueron los motivos y de paso posicionarse como la mejor en el PSOE y salvadora celestial de su partido. Susana por encima de todo.
Son tiempos nuevos en política y ella no se ha enterado. Nos quiere convencer de que hay que apoyarla porque sí, porque dice Andalucía que ella sola es la mayoría. Se amparada su holgada minoría mayoritaria de diputados en el parlamento, 47 de 109. No debería colar, porque en el voto directo de los andaluces sólo tiene un 35,43% de los votos válidos. Muy poco como plebiscito para ser la suma sacerdotisa del oráculo andaluz. 
Se equivoca cuando insiste en que hay que apoyarla porque ella lo vale. Se debe acostumbrar a trabar acuerdos y a respetarlos. Parte con la mochila de la ruptura del pacto con IU. ¿Quién se va a fiar de ella? Y más que recién roto el pacto volvamos a tener cosas como la adjudicación de la mina de Aznalcóllar. Quizás confíe en tener  suficiente para repartir y conseguir su mayoría en unas nuevas elecciones o poder presionar a no funcionarios en puestos públicos
Son tiempos nuevos, con resultados electorales nuevos que hacen necesario buscar el acuerdo con otras fuerzas políticas, razonando, discutiendo y finalmente acordando programas de gobierno con propuestas que consigan cuanto menos mayorías en el parlamento. Si Susana Díaz no es capaz de hacer propuestas que consigan esas mayorías, empezando por su investidura, o simplemente no inspira la confianza suficiente para que vuelva a ser presidenta, creo que en nombre de la ciudadanía andaluza debería dejarlo estar y dejar a alguien de su partido que esté en condiciones de hacerlo y no meter a Andalucía en otras elecciones. La voz de Andalucía fue clara, sólo algo más de un tercio de apoyos para el PSOE de Andalucía, y para alguien que aspira a ser presidenta de Andalucía lo primero deben ser los ciudadanos de Andalucía y no su carrera política.

jueves, 11 de junio de 2015

Barcelona: una ilusión en común

Aún no hace ni un año de lo que fue la presentación de Guanyem Barcelona, mucho menos de su presentación en Sants de la que dimos cuenta en este mismo foro y mucho menos de su conversión en Barcelona en comú y ya la tenemos en plena campaña de las municipales. Después de semanas participando en el barrio, primero en alguna asamblea y ahora en alguna comisión del ditrito (Sants-Montjuïc) el domingo pudimos ver el resultado en forma de primer acto en estos barrios, en la Plaça de la Olivereta en el barrio de Badal. Este barrio de Badal que toca con l’Hospitalet tiene problema de infraestructuras sociales: colegios, guarderías y un amplia lucha por el mantenimiento de su CAP (ambulatorio). Un tema que resurgió en el turno abierto de palabras, tanto las deficiencias del actual centro de salud, como las dificultades para caminar por las calles que le dan acceso. Tampoco parecía gustar que lo llevasen a un nuevo lugar mucho más alejado, casi en Les Corts.  
Como dijo una de las personas presentes, quizás habría escuchado mejores discursos pero todo se ve y se hace diferente. Una diferencia que a muchos nos gusta y queremos que dure, no recuerdo haber estado en un acto de campaña que se deje intervenir al público. Pasamos de espectadores a participantes. Porque en esta fase política de la ciudad y para esta candidatura de Barcelona en Comú va ser muy importante la participación ciudadana más que para ninguna otra. Para empezar para llegar a toda la ciudad de los que tenemos voluntad de cambio y de ser escuchados. Hay un demanda común en todos los barrios de ser atendidos, de saber que pasa y que se va a hacer en sus calles, plazas, parques y escuelas. Necesidad de ser tenidos en cuenta. 
Ahora que la encuesta del CIS da mayoría a esta candidatura ,aunque no la de El Periódico ni la de La Vanguardia, lo que le permitiría ser alcaldesa a Ada Colau habrá que esperar la reacción de los grupos que hacen sus negocios en esta capital europea. En la misma plaza me llegaban rumores de una reunión de un teniente de alcalde con un grupo de empresarios en que les decía algo así como a ver si espabilaban que vienen los rojos. Será sólo un rumor pero que expresa muy bien las sensaciones en la ciudad. No sería la primera vez que reaccionan. 
Hace años que no se produce esta sensación de poder ganar, sólo los más viejos del lugar en las primeras elecciones, lo más jóvenes aunque maduros hemos crecido en verdades electorales que se han ido desmoronando. Que los socialistas ganarían siempre en España, que CiU siempre ganaría en las catalanas y que en Barcelona y área los ayuntamientos siempre estarían encabezados por el PSC. Todo esto ha cambiado, pero conviene recordar como reaccionaron los dueños de las fábricas en aquellas primeras elecciones en Catalunya en que parecía que podía ganar la izquierda vestida de izquierda: carteles pagados por Fomento del Trabajo Nacional con gusanos que salían de manzanas rojas y el apoyo a partidos que resucitaron para el momento.
 Pero lo importante es que aquí andamos gentes de diversa procedencia en las izquierdas, de los movimientos sociales, del movimiento obrero de siempre, o de mil otros sitios que queremos tener voz. Que queremos que los derechos básicos sean efectivos en esta ciudad. Estas semanas están siendo caóticas, pero con una energía ilusionante, desbordante. Con muchas personas que quieren participar, que se ofrecen, que dan ideas y que solventan los problemas que nos van surgiendo en unos engranajes que se van ajustando. Una energía que yo quizás sólo recuerdo en alguna movilización en la facultad para algo que veíamos tan básico para los estudiantes de matemáticas como era poder ir a a las recuperaciones en septiembre. Eso es lo que queremos para Barcelona, recuperarla después de algunos suspensos y hacer de lo que vemos básico lo más importante y prioritario en los debate políticos y económicos. Somos y queremos ser ciudadanos de esta capital mediterránea del sur de Europa.

miércoles, 10 de junio de 2015

Barcelona es Sant Jordi

Los lujos de verdad no valen dinero, o valen poco dinero. No hay mayor lujo que un día como hoy en Barcelona. Empieza el calor y el sol acostumbra a acompañar y, aunque hay que ir al trabajo, la sensación es muy festiva. Como lujo fue estudiar la carrera en pleno centro de Barcelona, en el edificio histórico de la UB. Del patio en forma de claustro a clase, y de clase al claustro. Eso en Sant Jordi no tiene precio, como se encargó de hacernos saber el profesor de Geometría Diferencial de Curvas y Superficies una tarde de aquellas, sorprendido al ver a suficientes alumnos dentro del aula. Casi pareció una bronca aunque con sonrisa. Con el sol que hacía fuera, con los libros y las rosas, con la primeras visiones de la piel otra vez, con el bullicio ciudadano, amoroso y cultural justo al lado de aquellas paredes.
Esto en el centro, pero en este modelo de ciudad que nos gusta, policéntrico y mediterráneo, la temperatura, la gente, las rosas y los libros aparecen por toda la ciudad. Sólo nos faltarían almendros. Desde que conocí a Zeta, no en la facultad ya que allí rehuía a tipos como yo, ha sido habitual cogernos fiesta y pasear. Rara vez por las Ramblas, auténtico suplicio. Con sus rituales, elegir rosa, pensar cuando y cómo por los acarreos previos y posteriores. Elegir libro para el otro o para uno mismo.
A veces pienso en que si no debería dejarle una lista de libros para explicarle quién soy al Senyoret G (1!). Aunque hará sólo un par de años, no sé si de verdad recuerda cuando, echando en falta a su padre entre el público, lo descubrió haciendo de Sant Jordi en la pequeña representación del patio de la guardería: “mama, el papa és allà, és sant Jordi, però mira mama, que es ell”. Por cierto mi papel tenía censurada la frase donde le decía al Dragón que lo iba matar.
Como decía, aunque no se haga fiesta laboral el ambiente llega a todos los barrios de la ciudad y de todas las ciudades de Catalunya. En el llamado 22@ (Poble Nou) aprovecharé el mediodía, cogeré un bocadillo y buscaré un libro para Zeta por la Rambla del Poble Nou, dejaré la rosa para luego. Para el Senyoret G me acercaré por las pequeñas calles del centro del Poble Nou a La Petita, gran descubrimiento del año pasado. Una librería sólo infantil donde recomendar es decir poco. La dependienta me explicó, interpretando las propuestas de cuento, para quedarme con el de “Finn Herman” sobre los problemas de percepción de seguridad para su cocodrilo doméstico. Diría que la dueña del cocodrilo era muy occidental. La rosa será llegando a casa y si es posible otro paseo por Plaça de Sants entre sus paradas de libros. 
No sé cual me compraré y reconozco que debe ser difícil regalarme un libro. Pero siempre me acordaré  de los que he recibido de “Erec y Enide” de Manuel Vázquez Montalbán. Dedicado por él por cuenta de mi madre en un periodo de no deseada soledad amorosa. Mi madre oyó que estaba firmando libros y allí se fue con mi padre. Mis padres y la radio, otra afición. Otro lujo compartido en ese libro que tiene a mis padres y a Montalbán. Una voz que reconocí con los años que era de un colaborador del locutor favorito de mi madre, ahora retirado y que no sé con quién lo ha sustituido.

martes, 9 de junio de 2015

Sorprendido en semana santa

Volvíamos el viernes, viernes santo en el calendario oficial, de celebrar un cumpleaños en las afueras de Barcelona. En una masía restaurante, aunque haya mucho bla, bla, bla, la mayoría de la gente que puede aprovecha estos días no para celebrar la fiesta más importante del cristianismo sino para hacer vacaciones y aprovechar el incipiente sol si las fechas cuadran. Factor fundamental el de la donde cae semana santa. Si se le quiere buscar algún valor cristiano sería la importancia de la familia, eso sí reducida y a ser posible más vinculada a los amigos. 
Volvíamos a la ciudad y en la calle Aragón, antes de llegar a plaza Catalunya alcanzamos un grupo en procesión con las cabezas tapadas en morado. Todo el cuerpo y con cuerdas en el cuello alzando un cristo. Dicho así puede parecer normal. Pero incluso me sorprendió a mi mismo que no quería que mi hijo viera aquello. 
Alguno pensará que es para no dar explicaciones religiosas que le puedan tentar. Se equivocan, soy partidario de las vacunas, un poco de contacto con lo que se quiere prevenir acaba funcionando mucho mejor que ningún contacto con lo que se quiere evitar. No sólo eso, él también tiene derecho a ir eligiendo sus ideas. No quería porque vi una cosa cosa bastante fuerte para su edad, unos encapuchados portando a un señor torturado y casi desnudo en volandas. Porque eso es el cristo que portaban, un señor al que han colgado con clavos de sus manos y sus pies y al que finalmente lancean dejándole unas heridas en los costados. 
Me sorprendió mi reacción. Él no vio nada o casi nada, y al comentarlo más tarde con mi mujer me reconoció que a ella le pasó lo mismo. Con mi hijo he visto iglesias y si me pregunta le explico diciéndole cosas como “aquí los católicos, o los cristianos se reúnen o piensan que…nosotros no lo somos”. Por más que insistan esto del cristianismo no es cosa de todos y la mayoría de las veces durante los últimos siglos ha luchado contra cualquier idea de progreso: democracia, derechos de las mujeres, uso de la razón… y si al final lo han aceptado ha sido para no quedar fuera de juego. La prueba está en que cualquiera de estos ejemplos son aceptados de cara a la sociedad pero no son aplicados internamente. 
Sé que en algunos lugares de España hay ya procesiones para los más pequeños. Lo que es ir haciendo cantera, no sé si hay una edad mínima o lo que les explican o si no son tan tiquismiquis como yo. Para el año que viene me pondré las pilas y lo investigaré como si fuera una tarea escolar si acompaña el sol esperando que el segundo trimestre escolar no sea demasiado corto comparado con los otros dos. 
De todas formas si me sorprendió mi reacción no todo estará perdido para mí, deberé procurar no ir a caballo, escapar de las sombra de las palomas y de cualquier fuente de luz que no sea eléctrica. Aunque incluso deba hacerlo también de estas.